Introducción
Y
yo también te digo, que tú eres Pedro,
[Petros] y
sobre esta roca
[Petra] edificaré
mi
iglesia;
y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Mateo
16:18
El
Señor Jesucristo en Mateo 16:18, nos dice que Él mismo establecerá
Su iglesia sobre todo poder del Hades y del enemigo. La iglesia ha
sido abatida, perseguida y tratada de destruir durante toda su
historiañ pero siempre ha salido y saldrá victoriosa, según la
promesa del Señor.
En
el libro de los Hechos se puede encontrar el relato histórico de los
primeros días de la iglesia cristiana; sus fundamentos, sus
prácticas. Al estudiar estos pasajes podemos aprender cuál es
nuestro fundamento y qué somos como iglesia.
La
naturaleza de su nacimiento y su fundación
Su
naturaleza
En
los capitulos 2 al 4 del libro de los Hechos de los apóstoles, se
puede encontrar cómo nació la Iglesia Cristiana, después de la
venida del Espíritu Santo en el día de Pentecostés
y cómo, por el fruto de la predicación del spórtol Pedro, muchos
se convirtieron y se añadieron a la Iglesia;
esto occurió alrededor del año 40 después de Cristo.
El
fundamento de la Iglesia
Siempre
en el segundo capítulo del libro de Hechos, podemos ver que la base
de la predicación de Pedro es la persona de Jesús y Su obra
redentora. Esto define que el fundamento de la Iglesia Cristiana no
son filosofías humanas, ni ritos o prácticas religiosas, sino la
persona de Jesucristo. Respecto a Él, son aspectos importantes.
Veamos lo siguiente:
Su
muerte, Su resurección y su exaltación como Mesías
fue la base y tema de dicha perdicación; esto es sumamente
importante ya que nuestro fundador no está muerto sino que ha
resucitado con poder de entre los muertos.
Porque
nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es
Jesucristo.
1
Corintios 3:11
Y
en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el
cielo, dado a los
hombres, en que podamos ser salvos.
Hechos
4:12
13 Viniendo
Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos,
diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
14 Ellos
dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o
alguno de los profetas.
15 El
les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
16 Respondiendo
Simón Pedro, dijo: Tú
eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
17 Entonces
le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás,
porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en
los cielos.
18 Y
yo también te digo, que tú
eres Pedro,
[Petros] y
sobre
esta roca
[Petra] edificaré
mi
iglesia;
y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Mateo
16:13-18
Viendo
el contexto del verso 18, esta declaración “sobre
esta roca edificaré mi iglesia”
se refiere a la respuesta del apóstol Pedro en el verso 16: “Tu
eres el Cristo, el hijo del Dios viviente”.
La iglesia tradicional ha interpretado como siendo Pedro la base de
la iglesia y de allí el linage papal.
Petros
en griego significa “pieza
o pedazo de la roca, una simple piedra; movible, insegura, liviana,
que se puede levantar o rodar”.
Petra
en griego significa Roca. Es decir, “una
roca de proyección; roca de ángulo, roca madre; enorme masa;
formación sólida; fija; amovible; duradera”.
Es
como si el Maestro le dijése a Pedro, tú eres fluctuante, inseguro,
movible, pero mi iglesia será fundada sobre una enorme masa, una
formación sólida, la roca madre, la roca eterna que es Cristo el
hijo del Dios viviente.
Un
aspecto básico del mensaje de los apóstoles en la predicación
del Señorío de Cristo es que Jesús es el Señor. Él es la
cabeza de la Iglesia. Los creyentes somos los miembros de ella y
discípulos que estamos sometidos a Jesucristo como Señor y
Salvador.
Sepa,
pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a
quien vosotros crucificasteis, Dios
le ha hecho Señor y Cristo.
Hechos
2:36
5 Haya,
pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
6 el
cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como
cosa a que aferrarse,
7 sino
que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante
a los hombres;
8 y
estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
9 Por
lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre
que es sobre todo nombre,
10 para
que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en
los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
11 y
toda lengua confiese que Jesucristo
es el Señor,
para gloria de Dios Padre.
Filipenses
2:5-11
Otro
fundamento básico de la Iglesia, lo podemos encontrar en los
primeros capítulos del libro de los Hechos es la obra del
Espíritu Santo.
pero
recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu
Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en
Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Hechos
1:8
1 Cuando
llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.
2 Y
de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que
soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;
3 y
se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose
sobre cada uno de ellos.
4 Y
fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en
otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
5 Moraban
entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las
naciones bajo el cielo.
6 Y
hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos,
porque cada uno les oía hablar en su propia lengua.
7 Y
estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos
todos estos que hablan?
8 ¿Cómo,
pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que
hemos nacido?
9 Partos,
medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en
Capadocia, en el Ponto y en Asia,
10 en
Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de Africa más allá
de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos,
11 cretenses
y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de
Dios.
12 Y
estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué
quiere decir esto?
Hechos
2:1-12
32 A
este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
33 Así
que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre
la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y
oís.
Hechos
2:32-33
Jesucristo
ya no estaba física y tangiblemente en la tierra, pero prometió
dejar otro consolador para hacer Su obra entre los creyente: el
Espíritu Santo.
16
Y
yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con
vosotros para siempre:
26
Mas
el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi
nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo
que yo os he dicho.
Juan
14:16,26
7 Pero
yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me
fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo
enviaré.
8 Y
cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de
juicio.
9 De
pecado, por cuanto no creen en mí;
10 de
justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;
11 y
de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.
12 Aún
tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis
sobrellevar.
13 Pero
cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad;
porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo
que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.
Juan
16:7-13